16 de diciembre de 2007

De la mariposa y los que fueron soñados






...La naturaleza refleja una semántica

hecha de orden, de armonía y de ritmo.

El hombre se integra a ella

imitando este ritmo1.


Dentro de las imágenes de Chuang Tzu, ha sido por muchos conocedores y críticos del budismo Zen, elegido como fundamental la enseñanza del “Sueño de la mariposa” y si hay que acercar algún tipo de estudio o análisis no se puede dejar de tomarlo por su relevancia.

No defrauda la modalidad de comunicación de la escasez de palabras o la no verbalidad, con un nivel de abstracción típico no sólo en su desarrollo literario sino que mantiene el mismo uso cuidado de la alegoría que se desarrolla en todo el Zen, que permite alcanzar el nivel semiótico de impacto ante el absurdo del Koan brindando así, la liberación de la mente y la trascendencia a los conocimientos establecidos a priori y a los cuales nos aferramos por una necesidad antropológica de remitirnos a lo conocido.

El manejo semiótico y semántico de toda la literatura Zen, para luego adentrarnos en el contenido en sí, lleva a la ruptura también de un pensamiento dualista y no permite un clivaje en el ningún tiempo ya que la elusión provoca que el nivel de comprensión este en ubicado sólo en la experiencia. Recurso semiótico de aludir “sin necesidad de nombrar” los significados y no obturar las posibilidades que los significantes excedan el objeto, transgrediéndolo: en una relación dialéctica y armoniosa entre significado-significante. En ambos casos se formula la misma meta aunque no se puede hablar de exista estrictamente una, pero ambos –semiótica y Zen- buscan el conocimiento en la relación con el hombre y el universo por diferentes vías.

En cuanto al contenido, no es casual que Chuang Tzu haya escogido el método del sueño, ni una mariposa en su relato. El sueño ha sido utilizado como estadio de “manufacturación” onírica en varias culturas, los estados de alucinación que prologaban revelaciones divinas en los textos apocalípticos hebreos y lo que es más relevante aún, para la creación de Eva “la madre de todos los vivientes”, Dios induce al sueño Adán.

Las visiones y sueños, ocurren –según Chuan Zhi Shakya monje de la orden Hsu Yun-a medida que el contenido inconsciente sube a la superficie como burbujas y explota en la consciencia. Estos tienen un significado especial en el budismo Zen: “es a través de ellos que frecuentemente vemos los frutos de nuestra labor espiritual”, indica.

La introducción más importante en el relato del maestro Zen es sin duda la fractura entre lo ontológico y epistemológico con respecto a la mariposa. Quien sueña a quien, es la primera pregunta que se impone: Quien es el sueño de quien. Es Chuang Tzu el sueño de una mariposa o él ha soñado una mariposa, se puede inferir por existencias: quien crea a quien a través del sueño, como señalaría en el barroco español Calderón de la Barca: de quien es la ilusión?. El maestro supo que debía haber una diferenciación ontológica entre la mariposa y su ser, pero no estaba seguro epistemológicamente si existía una diferencia o era un proceso de transformación más que sufría el arquetipo de la mutación: la mariposa.

En la literatura hay un escrito análogo con este del escritor argentino Jorge Luis Borges, “Ruinas Circulares”2:

Por un instante, pensó en refugiarse en las aguas, pero luego comprendió que la muerte venía a coronar su vejez y a absorverlo de sus trabajos. Caminó contra los jirones de fuego. Éstos no mordieron su carne, éstos lo acariciaron y lo inundaron sin calor y sin combustión. Con alivio, con humillación, con terror comprendió que él también era una apariencia, que otro estaba soñándolo”.

Dónde está la realidad? En el sueño se tiene una perfecta consciencia de la verdadera identidad y al despertarse, uno en todas las posibilidades dadas quizás se despierta a su propia ignorancia, que nos demuestra lo absurdo de la búsqueda.

Lewis Carrol también hace mención del tema del sueño-realidad: “Irán a ese país de maravillas, donde soñar cuando el verano ha muerto , donde soñar cuando se van los días. En la misma corriente siempre inmersos, llevados bajo el sol que brilla. La vida no es acaso sueño?”. También relatando el sueño del Rey, Carrol indica en Through the looking glass3 (cita con la que comienza “Las ruinas...”)

- Ahora está soñando. ¿con quién sueña?¿lo sabes?

- Nadie lo sabe

- Sueña contigo, Y si dejara de soñar, ¿qué sería de ti?

- No lo sé.

- Desaparecerías. Eres una figura de su sueño. Sí se despertara ese Rey te apagarías como una vela.



Iniciar un sueño es abrir la ventana al universo y las muchas realidades imposible de expresar en nuestras limitaciones, en el caso del relato de Borges como en el de Chuang Tzu, podemos establecer una relación entre el creador y el ser creado; que es lo mismo decir el soñador y el objeto-ser soñado. Quizás con una visión de Dios demiurgo o hacedor para Borges más que en la importancia de lo manifiesto en el Zen.

Esta relación habla de una dependencia entre su soñador o progenitor quien idea y concibe, en un no-espacio y no-tiempo onírico .

Qué es el soñado cuando se lo deja de soñar? Carrol en un momento advierte que Alicia no es la soñadora sino la soñada, y que a la vez no es más que una minúscula parte del sueño del Rey Rojo y que solo existe en la medida que el Rey no despierte y continúe soñándola. Y entonces se plantea el tema del fin de la existencia y cual sería la trascendencia de esa vida soñada. Todos estos ejemplos tienen en común la posibilidad de dar la vida a través de nuestra propia generación de un sistema de sueño y el estado vigilia, sin mayor diferencia.

Otra es la versión de Julio Cortázar en “La noche boca arriba”4, en dónde el sueño se intercala con la realidad supuesta, y ambos se confunden en un relato donde la clave es la esencialidad del hombre en el espejamiento de las posibilidades. Hombre moderno- indio moteca. En este relato se da el sueño como recurso de evasión de la realidad.

Lo relevante de estos relatos como en el de Chuang Tzu es el despertar, cuando ocurre realmente?. Cuando se despierta? Cuando el inconsciente es libre y fluye hacia otros parámetros cognitivos o cuando se irrumpe el sueño y contempla lo que convencionalmente se llama realidad; y que a la vez puede ser producto de un soñador más omnipotente que nosotros.

De cualquier manera se podría generalizar con que este despertar nos enfrenta a la ignorancia o a la incertidumbre. Ambas terrenos fértiles para el conocimiento o elevación espiritual. Y quizás sea el planteamiento de Chuang Tzú: todos estamos soñando; y el valor de objetividad que le damos a la realidad no es tal sino que la misma es subjetiva, y el sueño es objetivo, por abolir las elusiones conscientes y su responsabilidad. Lo que se considera como enseñanza es la apuesta a que prolonguemos esas capacidades más allá del sueño.

El estado de ignorancia o del no saber cognitivo, puede mediar a la iluminación o al despertar antes mencionado. Dentro de la misma escuela Zen o Ch´an dentro de la línea china, se postulaban las dos posibilidades del camino gradual o el súbito, pero en este caso éste maestro abre la posibilidad que con la misma naturalidad y continuo a su sueño pueda aparecer un momento de iluminación, no siendo necesario “frotar el ladrillo para que se convierta en espejo”. Las cosas cotidianas aportaban un gran sustento para sus enseñanzas, ya que nada debía ser forzado o forzoso, como se consideraba en otras ramas del budismo.

Pascal cita: “Si un trabajador soñara ciertamente cada noche por doce horas que es un rey, yo creo que podría ser casi completamente feliz como un rey que sueña doce hora al día que es un trabajador”.

En una de las versiones cuenta que luego que se despertó Chuang Tzú, se dio cuenta que era de vuelta él mismo. Lo que no hace cambiar el sentido que ante diferentes estados de conciencia las cosas pueden lucir de manera diferente, y que éstos se pueden traducir en diferentes momentos de conocimiento.


La mariposa

EL SUEÑO DE CHUANG TZU

Chuang Tzu sueña

y en su sueño

él es una mariposa

que revolotea feliz

por los campos de la China.


Chuang Tzu despierta

y cuando despierta no sabe

si él es un hombre que soñaba ser mariposa

o una mariposa que sueña ser hombre.


Desde un árbol una grulla,

a la que poco le importa la filosofía oriental,

se lanza en picada

y en un instante se come a la mariposa.


Así son las transformaciones de las cosas



La elección de una mariposa reside en la “transformación de las cosas” o en la filosofía que las cosas u objetos, no tienen un representación absoluta. Este “vagabundear”5 en el mundo, en la vida y muerte, en los estados de conciencia; pueden resumir la intención del maestro en su aforismo.

Pero en la mariposa reside aún más de la enseñanza del Zen. Primero en la búsqueda no voluntaria de una experiencia extática, se tiende a liberarse más allá del tiempo y del espacio, por lo que la vida y la muerte son parte de una única realidad. Entonces: que más que una mariposa, que cambia en un única dirección de gusano a crisálida, de crisálida a mariposa para quizás en una semana morir; puede servir como ejemplo para Tchuang Tzú?

Él utiliza la mariposa y en ella hay un fuerte arquetipo que ha sido utilizado en otras culturas para expresar los cambios externos con una trascendencia interna, sin una intención del lograr el cambio sino una sucesión de hechos naturales, como en la naturaleza se da la creación y destrucción, sino una evolución. Su camino parte de lo feo a lo bello. De lo que repta y se arrastra a lo que vuela. De lo oculto a lo manifiesto. Pero esa trascendencia parte del reconocimiento y uso de lo viejo, con la aceptación natural y sin la resistencia de una lógica propia e interna de las cosas, en un incesante evolución. Todo crece y se desarrolla incesantemente según el Dao.

La mariposa no tiene un cambio cíclico que luego la hará regresar a gusano. Es un cambio directo, como tienden a ser los cambios mentales, y tan directo como el camino de la iluminación.

Como imagen arquetípica a simbolizado a Psyque en al mitología griega quien se alza con alas de mariposa, para los vietnamitas es un símbolo de longevidad; para “los aztecas significaba el alma o el último hálito de vida. Para ellos si una mariposa que volaba sobre las flores, representaba el alma de un guerrero que había caído en batalla ya que sus almas escoltaban al sol, que luego descendían al mundo en forma de pájaros o mariposas”6.

Una fábula de los Kasai de Zaire, relataba la analogía de la mariposa y el alma, el ciclo de la vida y muerte continua. En la niñez como gusano, en la madurez como un gran gusano y en la vejez como una crisálida. La tumba es el capullo donde el alma de la persona emerge y se eleva en forma de mariposa, que dejará sus huevos para una futura reencarnación. Sin duda también es arquetipo de ascensión.

Figura de transformación y de renacimiento, en cierta manera del estar dormido al conocimiento, fuera de lo racional. Como indica Allinson, no es azarosa la elección de la mariposa en la enseñanza de Tzú, su uso es “metafórico pero contiene implicaciones cognitivas”7, pero que a la vez por cognitivas no son sensoriales ya que el Dao, está más allá de ese tipo de conocimiento, y siguiendo con la metáfora de Tzú, y quizás parafraseándola: él en su sueño-realidad o en esa dualidad inseparable fue mariposa, que en libertad le permite sin hablar, recorrer los espacios del sin espacio y acceder a la iluminación a partir de la propia trascendencia, en un vuelo tranquilo y de propia marcha coherente a su escencialidad de mariposa. Un punto medio: ni ligado ni separado, sin prisa y sin preocupaciones.

Con toda esto, la visión psicológica que nos brinda el Zen se podría resumir en una práctica antes religiosa, ahora con una visión más filosófica y ecuménica – tal vez, pragmática- que le permitirá su continuidad en el tiempo como cuando el Cha’n de China se adaptó al Japón y se convirtió en Zen. Que permite una expansión de consciencia, entendimiento y manejo de estados de alerta –vaivén entra consciencia e inconsciencia y la posible iluminación-. A la vez, nos propone una investigación de nuestra mente.

Las imágenes han sido representadas por el arte en estatuas, pinturas, y mándalas.

El rezo, es como en otras místicas, una guía que permite al practicante o devoto, no ahogarse en los océanos y mares tan usados para sus enseñanzas.



Bibliografía complementaria:

  • Conze,Edward. 1997. El budismo, su esencia y desarrollo. Fondo de Cultura Económica. México.

  • Graham, A.C. 2001. Chuang Tzú. The inner Chapters. Hackett. United States.

  • Tsai Chih Chung. 1997. The Dao of Zhuang Zi. Adapted and illustrated edition. Anchor Books. United States.

  • Cambpell, Joseph.1997. El héroe de las mil caras. Fondo de Cultura Económica. México.2da. reimpresión.

1 Vincent Thomas, Louis.1983. Antropología de la muerte. P.31. Fondo de Cultura Económica. México. Cita de: Anthropologie linguistique de l’Afrique noire. PUF, 1971.p.77

2 Borges, Jorge Luis. 1996 Obras Completas. Tomo 1. Del libro “Ficciones” pág. 451. Emecé Editores. Barcelona, España

3 Carrol, Lewis. “Alicia en el país de las maravillas”. Through the looking glass. Chapter IV

4 Cortázar, Julio.2000. Cuentos completos/1. de “Final del Juego”. La noche boca arriba. Sept. Edición. Alfaguara. Buenos Aires, Argentina.

5 Eliade, Mircea. 1999. Historia de las Creencias y las ideas religiosas. Ed. Paidós. Orientalia. Barcelona. España.p.49.En referencia a Tchuang Tzú: “El hombre perfecto es puro espíritu. NO siente el calor del bosque incendiado ni el frío de las aguas desbordada; el rayo que parte las montañas, la tempestad que levanta el océano son incapaces de asustarle. Las nubes son su cabalgadura, el sol y la luna son sus monturas. Vagabundea más allá de los cuatro mares, no le afectan las alternancias de la vida y la muerte, y mucho menos la nociones de bien y del mal”

6 Chevalier Jean. Alain Gheerbrant. Dictionary of Symbols. 1996. Publish by Penguin books. United Kingdom

7 Allinson, Robert. 1989. Chuang-Tzu. For spiritual transformation. SUNY press. New York. United States.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

sinceramente me parecio muy bueno nuncame abria imaginado ver una mariposa desde ese sentido tan critico y profundo
gracias

Anónimo dijo...

maravilloso el análisis, en verdad una muy buena deconstrucción y contrucción uniendo conocimientos del zen con parámetros semióticos, felicidades.

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