Mediarte ha participado del Tercer Congreso Nacional Multidisciplinario: “Ciencia y Tecnología en la Sociedad Contemporánea" de la Universidad de Guadalajara
Coloquio: “La creación de vida como encrucijada entre
la ciencia, el arte y el discurso mítico religioso”
Participantes: Mg.
María Martha Fernández, Prof.Lic. María Mensi, Prof.Dr. Luis M. Etcheverry, Prof.Lic.
Javier Sanguinetti
La presentación del coloquio se iniciará
con una primera exposición sobre la potencia
significativa del discurso mítico-religioso en relación a la creación del ser
humano en tanto clonación. Se realizará principalmente una apertura desde las posibilidades que guarda la tradición en
la literatura canónica. Desde allí se medirán las proximidades y distancias con
uno de los mitos compuestos en los orígenes de la tradición filosófica griega,
a saber, con el mito del andrógino primitivo narrado por Platón en “El
Banquete”. Ubicada la concepción creacionista proveniente de, al menos, dos de
las matrices constitutivas de la concepción antropológica de Occidente –la
hebrea y la griega clásica– se pretende ahondar en la comprensión del discurso
mítico-religioso como fuente de inspiración interpretativa que aporte elementos
para el diálogo con el discurso de la ciencia.
Según el mitólogo e historiador de las
religiones, Mircea Eliade, la naturaleza del hombre se realiza cuando comprende
que “Lo que él hace, ya se hizo. Su vida es la repetición ininterrumpida de
gestos inaugurados por otros.”[1] En
ese sentido puede comprenderse que en el judaísmo se priorice la vida por la
vida, y que la condición creadora de vida que ejerce el hombre provenga de un
poder que se inspira en el gesto primordial a imagen y semejanza de su
divinidad. Sin embargo, aquí también comienzan los dilemas éticos y estéticos,
o más originariamente, “poéticos” que surgen al poner en acto aquella potencia creadora
del obrar; en otros términos, aquí comienza tanto el asombro de asistir a la
creación de vida floreciente como el temor de engendrar monstruos y
maquinaciones aberrantes. (De esta alternativa abordaremos reflexivamente la
obra de Gustav Meyrink, “El Golem”, en donde se retoma del folclore judío el
tópico de la recreación fallida de un hombre inacabado. En este caso la
creación se acerca más al Frankestein, ominoso, gigante, “casi” humano,
“materia amorfa y sin vida”, como lo describe Jorge Luis Borges en “El libro de
los seres imaginarios” y lo recrea pavorosamente en su poema homónimo “El Golem”.)
En acercamiento con el discurso de la
ciencia se expondrá el interés científico de Israel por pensar los límites y las
posibilidades de la genética de la clonación. Se verá cómo, en el seno del
imaginario hebreo, algunos científicos intentan extrapolar los sucesos en el
Génesis para interpretar posibles proyectos y resultados de la ciencia en la
actualidad. En ese sentido, por ejemplo, considerarían que el primer hombre,
Adán, habría sido creado o nacido adulto –aproximadamente a sus 20 años- y que
Eva habría sido el fruto de la primera clonación por la multiplicación del ADN
de Adán. Según el Génesis 2 del versículo 21 al 23: “Hizo caer Adonai Elohim un
sopor sobre el hombre y éste se durmió y tomó uno de sus costados y cerró la
cavidad de carne que había debajo. Modeló el costado que había tomado del
hombre – como mujer – y la condujo hasta el hombre. Dijo el hombre: Esta vez:
hueso de mis huesos y carne de mis carne. A ésta se la llamará: Isháh (mujer),
pues del Ish (hombre) fue tomada ésta”[2].
En síntesis, se realizará primeramente
un recorrido sobre las varias explicaciones ensayadas y resoluciones probadas
que aparecen en aquél laboratorio edénico.
La segunda
exposición ampliará esta apertura elaborando las motivaciones y los medios
que llevan a Jacob a clonar ganado ovino. A continuación, se esbozará una
relación entre el tratamiento mítico-religioso y la primera clonación efectiva
realizada por el ser humano: la oveja Dolly en 1997, el ensayo de Polly que ya
combina células de cordero y humanas. Se destacará la paradoja científica al
referir cómo, seis años después el laboratorio Clonaid, empresa pionera en cuanto a la evolución de los métodos de
clonación, festejará el segundo año de vida de una niña resultado de sus
trabajos de investigación al tiempo que Dolly era sacrificada.
Al retomar la consideración sobre el
arte se repasarán diferentes films que tratan este tema: la antigua y conocida
“Biblia” (1966) de John Houston, que
muestra a un Adán en una instancia de sopor edénico similar al mítico Narciso y
la artística introducción de Eva. “Los
niños de Brasil” (1978) de Franklin J. Schaffner que advierte y relata los
experimentos del médico nazi Joseph Menguele, que se proponía romper el tiempo
con la perpetuación a través de la clonación. “Gattaca” (1997) de Andrew Niccol que expone la determinación
eugénica de que sea de dominio público nuestro mapa genético o genoma. Y luego el clásico “Blade Runner” (1982) de Ridley Scott, que revela la saga de los
replicantes productos de la autoría humana, y la fisura que se plantea cuando
van muriendo a su naturaleza cyborg y
adquieren los arcanos de la afectividad humana.
En atención al tema general, la tercera exposición versará sobre el
sacrilegio que comporta todo acto creativo. Se realizará desde la perspectiva de una
reflexión estética con la finalidad de contribuir a un diálogo entre la
ciencia, la técnica y el arte. Nos conducirán a preguntas como: ¿Qué es el
arte? ¿Qué relación tiene con la técnica? ¿Qué dice el arte mismo sobre el acto
creativo? ¿De qué fuentes originarias de lo humano y lo divino proviene la
creación? ¿Cuál sería la actitud frente a lo tecnológico en la construcción del
mundo contemporáneo?
Se dirá primero algo sobre el
arte y su relación con el poetizar.
Leyendo a Platón, nos recuerda Heidegger[3] que los griegos comprendían el “arte” como la capacidad
en el sentido de entender de algo, del saber que conoce algo y lo
domina. En ese primer sentido el “arte”,
era nombrado con la palabra “techné”,
de donde proviene la palabra “técnica”.
Repitamos: el “arte” es “techné”
y como tal, es aquel saber de algo, es decir, que el arte es el dominio
de ese algo en sus posibilidades y límites. A continuación nos preguntaremos
¿de dónde puede surgir ese saber, que hace posible el dominio y la
producción? En principio tendremos en
cuenta que si viene de la facultad de ejecución que se ha ido ejercitando se
dice que se tiene el “arte” o la “técnica”, por ejemplo, de confeccionar zapatos
o de amasar ñoquis, en cambio, consideraremos que si ese saber es el
arte de la palabra, el “arte poético” en sentido eminente, los griegos llamarán
a lo producido: “poíesis”, poesía.
De dónde pueda surgir ese saber
privilegiado es algo que nos pone a las puertas de un misterio mayor. Qué
motivos, medios y consecuencias posibles serán tópicos que desarrollaremos en
una proximidad con los testimonios de ciertos poetas latinoamericanos. En
principio sostendremos la tesis de que crear comporta para el creador
el riesgo de ejercer un sacrilegio sagrado; un destino acatado en tanto medium
entre lo sagrado y lo profano. En tal
sentido se propondrá que hay una especie de creador que es convocado y
necesitado por lo divino para que “provocando lo sagrado”[4] los
dioses se brinden con su fuerza tremenda y fascinante; para que a través suyo (y sobre todo de su
obra) lo profano de la existencia se sacralice nuevamente. Consideraremos
asimismo otra especie de creador, acaso plenamente profano, porque si pensamos
que lo profano pareciera ser hoy el incierto camino de la técnica, deshumanizada
como un Golem vergonzante, trataremos de recordar que es hechura nuestra y que
está en nosotros recrear con ella nuevos sentidos y posibilidades de vida, de
tal manera que ciencia tecnología, arte y humanidad vuelvan a pertenecerse
recíprocamente.
La cuarta exposición retomará una consideración sobre la clonación
como manipulación genética recordando que sólo tardíamente parecerá estar en
manos de la ciencia y la tecnología. En efecto, en sus orígenes ha sido una
forma cotidiana de acercarse a la naturaleza para asegurarse cierto orden
simbólico o material. La selectividad entre individuos ha sido llevada a
delante a través de los mundos más primitivos orientados por criterios dispares
y no siempre conscientes. Mientras tanto la orientación de las especies hacia
finalidades humanas ha dado como resultado un mundo en que la naturaleza, cada
vez más claramente aparece ante los ojos humanos bajo el signo de la utilidad o
aplicación social.
Desde la natural llegada del hombre a la cultura, él comenzó su carrera
selectiva, de nuevo cuño, orientada por el orden simbólico, pero que el hombre
manipule hoy los genes no quiere decir que domine su potencial creador
inaugural. La mutación biológica natural, (Darwin y neodarwinismo) fundada en
la aleatoriedad del mundo físico en general (Prigoggine), nos presenta una
causalidad temporal no necesariamente teleológica, improbable respecto de una
finalidad inmanente ni trascendente. Se tendrá en cuanta que por primera vez en
la historia cósmica, tenemos consciencia de nuestro poder de direccionar
libremente el marco esencialmente caótico que inicialmente teníamos
predestinado.
A pesar entonces, de que la manipulación genética parezca a simple vista,
una afrenta con todo lo que tiene la naturaleza de natural, es el fundamento de
una praxis que no sólo ha dado con el hombre sino parece ser su propia esencia.
En ese sentido, se llamará la atención sobre el hecho de que reorientar el caos
a través de una selección anti-natural por medio de la manipulación genética podría
ser una condición meta-física que el hombre ejerce contra la entropía
originaria que no solo en el comienzo sino siempre acecha, amenaza y posibilita
la vida en general y la vida humana en particular.
En síntesis, se debatirá cómo la
proliferación de mitologías, relatos, obras del arte, discursos en torno a la
monstruosidad surgida de la obra humana no deja, sin embargo, de darnos alguna
señal y motivos para pensar sobre un saber primitivo que ha acompañado, cada
vez a su manera, el paso del hombre sobre la tierra.
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[1] ELIADE, Mircea. El mito del eterno retorno.
Ed. Alianza Emecé. Buenos Aires 1997, p.15
[2] Bereshit, Génesis, Ed.
Seminario Rabínico Latinoamericano, Buenos Aires, 1°Ed, 1982.
[3]
Cfr. HEIDEGGER, Martin, Nietzsche I, trad. Juan Luis Vermal, Destino, Barcelona,
2000, p.160 y en HEIDEGGER, Introducción a la Metafísica, trad. Angela
Ackerman Pilári, Gedisa, Barcelona, 1995,p.146-147.
[4]Véase SANGUINETTI, Javier
O., Provocando lo sagrado. La dimensión trágica del ser. Ed.
Mediarte, Bs.As., 1999, p.22.