Ahí estaré, los espero
Eje: - Noche y silencio: experiencia, acceso y
ausencia de sentido
El silencio y la palabra profética
“... el vértigo sabio del afuera desierto, tal como negro y vacío, que responden a lo repentino de la abertura y se dan absolutos” (Blanchot 1987,p.100).
La presentación girará en torno a las nociones de silencio-palabra profética, noche, afuera, soledad. Blanchot nos permite pensar el desierto y el episodio del Éxodo, como una hoja en blanco, pensando la errancia como la experiencia del acto creativo. La salida de Egipto, con la experiencia del afuera donde se manifiesta el desarraigo, la desesperación, la indigencia. Impulsa esta reflexión el encuentro entre la exégesis qabalística y el pensamiento blanchotiano desarrollado principalmente en “El libro que vendrá”, en “La palabra profética” y otros textos que colaborarán en el entramado.
Se parte de la
certeza que en el encuentro de ambos tejidos narrativos, la filosofía
blanchotiana y el texto bíblico, desplegarán sentidos y abrirán universos de
comprensión. En la intersección de la significaciones resultantes de la
exégesis mística y de la hermenéutica,
se reflexionará sobre la existencia en el afuera del por-venir humano.
La salida de la
angostura, la estrechez de esa lengüeta de tierra que contiene al Nilo amo y
señor de su economía. El escape de lo apremiante de la esclavitud, de la
angustia del Mitzraim, Egipto es el alejamiento del lugar de la dualidad, del
desarrollo. Del dos al uno, al desierto donde el conflicto será de índole
económico: habrá escasez, se llevará lo justo y necesario para la nomadía. En
el desierto no se puede acumular, la acumulación engendra el malogro, la
putrefacción. No todos los animales soportan la aridez ni rigidez del desierto.
No todos los “erev rab”, la muchedumbre, el pueblo que seguirá a Mosheh llegarán
a la tierra prometida. Es un retorno, un apartarse de una fase de producción,
evolución y desarrollo, que en el mundo conocido hasta ese entonces, estaba
encarnado por los egipcios.
Rostro a rostro. La profecía adviene sin mediación alguna. Cara en
hebreo es panim, en su polisemia uno de los significados es interior. La
profecía viene del interior. El judaísmo no dudará que es desde el interior de
lo divino, pero sin duda se abriría a otro tipo de interpretaciones ya que
ambos se encuentran en contacto, conexión con el interior de lo divino a lo
interior de lo humano.
En cuanto al método exegético y hermenéutico, Ricoeur es el mayor
contribuyente como hermeneuta que brindará las más importantes concreciones
fuera del ámbito judaico, y es en esta metodología desde donde se generará la
articulación con las obras de Blanchot. Ricoeur en su obra “El origen de la
hermenéutica”, citando a Dilthey, denomina exégesis o interpretación al arte de
comprender las manifestaciones escritas de la vida, a saber: un conjunto de
significante y una relación entre formas interiores y exteriores donde
“articular acontencimientos, personajes, instituciones, realidades naturales e
históricas”, (Ricœur 2003, 63.).
Bibliografía
Blanchot, Maurice, El libro que
vendrá. Caracas, Monte Ávila, 1969
———, La escritura del desastre, Caracas, Monte
Ávila, 1990.
Ricœur, Paul, El conflicto de
las interpretaciones: ensayos de hermenéutica, Buenos Aires, Fondo de
Cultura Económica, 2003.
Organizan: Blanchotianxs del sur y PRIG “Las nociones de materialidad y lenguaje en el pensamiento de Maurice Blanchot”, Secretaría de Investigaciones, Facultad de Filosofía y Letras, UBA.
Comité organizador: Noelia Billi, Adela Busquet, Carlos Fisgativa, Axel Gomes Morgado e Idoia Quintana.